Pirker y su equipo desarrollan modelos (digitales) para calcular y observar en tiempo real distintos flujos, así como el comportamiento de flujo de las partículas más pequeñas. Estos modelos se utilizan en todo el mundo: la NASA los utiliza para analizar la locomoción del robot de Marte Curiosity, por ejemplo. En Florida, por otra parte, se calcula gracias a ellos el flujo en el lecho marino. De esta forma, Plansee investiga y mejora la fluidez del polvo de metal. Asimismo, la Universidad de Utrecht modela la propagación del virus en personas en movimiento para dirigir a los visitantes de los grandes eventos de forma que la probabilidad de que se infecten siga siendo baja.

«En el laboratorio CD para modelar flujos de partículas, el profesor Pirker ha examinado de forma minuciosa el comportamiento de flujo de nuestro polvo de metal. Sus conclusiones nos han ayudado a mejorar de forma significativa la calidad de nuestros productos sinterizados», comenta el Dr. Arno Plankensteiner, responsable de investigación y desarrollo en Plansee. Los productos de molibdeno y tungsteno de Plansee contribuyen al progreso de las industrias de alta tecnología como la medicina, la electrónica o el sector de los semiconductores.