Gracias a su buena adherencia, su alta resistencia al desgaste y su compatibilidad con aceite, el molibdeno es el material ideal para los recubrimientos que tienen que soportar un elevado desgaste mecánico. El uso de recubrimientos de molibdeno está muy extendido en los sectores de construcción de vehículos y maquinaria gracias al coeficiente de fricción constante del material y su protección contra sobrecargas. Estas capas protectoras se adhieren a las superficies mediante procedimientos térmicos de recubrimiento.