En la cubeta de fundición de vidrio, los ladrillos refractarios se ven expuestos sin protección alguna al agresivo vidrio fundido. Las consecuencias: corrosión, abrasión y erosión. Esto puede acortar considerablemente la vida útil de la cubeta. Además, el desgaste puede afectar negativamente al desagüe y la calidad del vidrio.
El platino y el molibdeno son los únicos metales capaces de resistir las altas temperaturas y la corrosión química causadas por el vidrio fundido. El platino es muy caro, por lo que el molibdeno suele ser la alternativa de alto rendimiento más económica.