El tungsteno o wolframio es un elemento químico que pertenece al grupo de los metales refractarios. Su nombre proviene del alemán (Wolfram) y ya se utilizaba en la Edad Media para designar un mineral conocido como wolframita. El tungsteno se caracteriza por tener un punto de fusión extraordinariamente alto y una excelente resistencia a la corrosión con respecto a numerosos metales. Este material es además especialmente resistente al calor y al desgaste, por lo que es muy utilizado en aplicaciones de altas temperaturas. Además del tungsteno, el molibdeno, el tántalo y los materiales compuestos basados en el tungsteno también pertenecen a los metales refractarios.